«Temarios cambiantes, modelos de preguntas cada vez más difíciles, notas inalcanzables y una lucha constante entre universidades»

Elena Rodríguez Martín reflexiona en la firma invitada del día sobre la Prueba de Acceso a la Universidad
2 de junio de 2025 - 1:55 pm

Esta semana, miles de estudiantes se enfrentarán a lo que se ha convertido en uno de los momentos más decisivos de su etapa educativa. Selectividad, EBAU, PAU… el nombre ha cambiado a lo largo de los años; las dificultades, también. Ya no se trata solo de un examen de acceso a la universidad: esta prueba se ha transformado en un termómetro de presión, ansiedad e incluso cuestionamiento personal.

Mientras desde un despacho se firman y aprueban leyes en constante cambio para regular estas pruebas, en las aulas de los institutos, profesores y alumnos se preparan con una gran presión durante nueve meses para enfrentarse a lo que parece haberse convertido en la “única oportunidad de lograr sus sueños”. Temarios cambiantes, modelos de preguntas cada vez más difíciles, notas inalcanzables y una lucha constante entre universidades que buscan el máximo prestigio se han convertido en la pesadilla de muchos jóvenes desde el día en que entran a 1º de Bachillerato.

Jóvenes con inquietudes, con sueños y aspiraciones, que se dejan la piel tratando de ser los mejores, memorizando y grabando a fuego en sus memorias las enormes cantidades de contenido que se exigen para pasar con éxito estas pruebas. A día de hoy, me cuesta entender cómo hemos logrado convertir una prueba académica en un monstruo emocional que descarta a jóvenes que solo buscan encontrar su lugar.

Pues si ya de por sí se enfrentan a una etapa complicada de sus vidas, en la que las dudas y los cambios emocionales son protagonistas de su día a día, esta prueba hace que muchos de ellos frustren sus aspiraciones.

En un día como hoy, quiero recordar a todos los jóvenes que hay muchos caminos para lograr sus sueños. Unos son más largos, otros más cortos; incluso en ellos encontrarás obstáculos. No importa lo que tardes en llegar ni cómo hayas llegado: lo importante es llegar. Y no podemos dejar que unas pruebas de dos días se conviertan en nuestra peor pesadilla.

Nadie puede medir nuestras capacidades en unas hojas con preguntas respondidas en pocas horas. Solo nosotros sabemos cuáles son nuestros límites, y lograr nuestros sueños no depende de ellos.

Elena Rodríguez. 

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