Virginia SánchezImagínense que algunos días de este año fueran eliminados del calendario. Eso es justamente lo que sucedió en 1582, en que fueron suprimidos los días comprendidos entre el 4 de octubre y el 15 de octubre. Es decir, en el año 1582, nuestros antepasados no tuvieron un día como el de hoy, 8 de octubre.
Esa anómala omisión de jornadas se debió a la adopción del calendario gregoriano, que fue implementado por el Papa Gregorio XIII para corregir los errores del calendario juliano, que era la manera de organizar el tiempo que se había utilizado hasta ese momento. El calendario juliano, creado por Julio César en el año 45 a.C., tenía un año de 365,25 días, lo que resultaba en un exceso de 11 minutos y 14 segundos respecto al año solar real. Esto causaba que, con el paso de los siglos, se produjeran desfases progresivos respecto de las estaciones del año. En 1582, el Papa Gregorio XIII decidió reformar el calendario para corregir esta discrepancia y el principal cambio consistió en eliminar los días sobrantes, acumulados durante los siglos de uso del calendario juliano. Para hacer esto, tuvieron que suprimir 10 días y también se estableció el ajuste en el cálculo de los años bisiestos.
La implementación del calendario gregoriano resultó en una alineación más precisa con el año solar y con las estaciones del año, además de mejorar el cálculo de fechas importantes como la Pascua. Así que la desaparición de esos diez días fue simplemente una forma de corregir el desajuste que había estado ocurriendo durante más de mil quinientos años con el calendario juliano. A este respecto, pensemos en cómo afectaría, hoy en día, un ajuste similar en el calendario. Por eso, porque el tiempo pasa volando y nunca vuelve, aprovechemos mejor nuestros días en aquellas cosas verdaderamente importantes y que nos hacen felices.
Que tengan un buen miércoles.
