Arancha JiménezEl otro día, como buena amante de los libros que soy, me encontré leyendo uno que hablaba de todas las vidas que podríamos vivir. Es decir, de cómo cada elección que tomamos, grande o pequeña, nos lleva por un camino distinto. Al final, es un poco como la Teoría del Caos, que dice que un simple gesto hoy puede alterar todo nuestro futuro. Es la conocida metáfora de que el simple aleteo de una mariposa, en algún rincón del planeta, puede desencadenar un huracán en el otro hemisferio.
Y es inevitable pensar: ¿qué habría pasado si…? Si hubiera elegido otra carrera, si hubiera ido a aquella quedada, si hubiera dicho “sí” a aquel café. Nos llenamos de hipótesis, de “y si” que nunca podremos responder.
La verdad es que jamás conoceremos esas vidas paralelas que dejamos escapar. Solo sabemos que la suma de nuestras decisiones, las correctas y las equivocadas, nos han traído hasta aquí. Y que, en el camino, cada paso nos regaló aprendizajes. Yo soy de la filosofía del todo pasa por algo. Que cada elección tiene un sentido, aunque a veces tarde en demostrárnoslo.
Por eso me gusta tanto leer. Porque en los libros sí puedo vivir mil vidas más: adentrarme en historias que no son mías, descubriendo posibilidades que nunca conoceré en la realidad. Y de alguna forma, esas páginas también me regalan enseñanzas y me dejan probar, aunque sea un poco, esas otras versiones de mí misma que no existirán jamás.
Al final no se trata de arrepentirse de lo que no fue. Se trata de aceptar que la vida es esta, con sus giros, con sus elecciones. Porque, como me gusta pensar, todo pasa por algo… y hay cosas que por algo no pasan.
Arancha Jiménez
