«El curso escolar ha comenzado, y con él, las ilusiones, los retos y las oportunidades que los estudiantes de Peñaranda  tienen por delante»

Para este peñarandino «este septiembre, como cada año, marca un punto de inflexión en la vida de los jóvenes peñarandinos»
18 de septiembre de 2025 - 1:55 pm

El sol de septiembre acaricia las calles de Peñaranda con una mezcla de calor a destiempo y un aire fresco, señal inequívoca de la llegada del otoño. Los peñarandinos han vivido esta semana el bullicio habitual de las primeros días de curso escolar, un momento en el que la usanza se restablece y el pulso de la ciudad vuelve a latir al son del calendario académico. Las puertas de los tres edificios del Instituto se han abierto, una vez más, para dar la bienvenida a cientos de estudiantes que, después de un largo verano, han regresado  a las aulas cargados de expectativas, emociones y algo de nerviosismo.

El primer día fue especialmente emotivo para los alumnos de 1º de la ESO. Aquellos que el año anterior daban sus primeros pasos en la educación secundaria obligatoria, ahora se encontraban en un ambiente más familiar, pero igualmente desafiante. Los pasillos, usualmente tranquilos, se vieron llenos de risas nerviosas, conversaciones entre amigos y esos pequeños intercambios de miradas que marcan el inicio de un nuevo capítulo en la vida escolar.

A las puertas del centro, algunos padres acompañaron a sus hijos, quizá por última vez en un largo tiempo, antes de verlos avanzar por el umbral de la adolescencia sin vuelta atrás. Los profesores, algunos con más experiencia que otros, no pudieron evitar sentir una ligera mezcla de nostalgia y responsabilidad. El curso de Secundaria se presenta como una montaña que se va subiendo paso a paso, con sus dificultades académicas, pero también con la posibilidad de descubrir nuevas pasiones y habilidades.

El director del IES, Salvador González, hizo una breve intervención de presentación, destacando la importancia de la convivencia y la cooperación. “El instituto es mucho más que un lugar donde se adquieren conocimientos; es el espacio donde los jóvenes comienzan a formar su personalidad y a entender el mundo que los rodea”, dijo con una sonrisa, mientras observaba a los nuevos alumnos, muchos de los cuales se veían impresionados por la magnitud de las instalaciones.

Mientras tanto, en los pasillos del edificio de Bachillerato, el fin de una etapa, el principio de todo, los estudiantes más veteranos comenzaban a prepararse para el que será uno de los años más decisivos de su vida escolar. El final de la etapa secundaria se acerca y con él, la toma de decisiones cruciales: qué universidad elegir, qué carrera seguir, qué camino trazar para el futuro.

Los alumnos de 1º de Bachillerato, con una mezcla de inquietud y ambición, parecen ser conscientes de la responsabilidad que conllevaba este nuevo año. En las aulas se discuten ya temas de filosofía, biología o matemáticas avanzadas, mientras que en los pasillos, grupos de estudiantes comparten sus aspiraciones profesionales y los temores acerca de la selectividad.

En este sentido, la programación de asignaturas optativas también se presenta como una oportunidad para aquellos que desean especializarse en áreas como ciencias sociales, tecnología o artes. «Este es un curso que va a marcar la diferencia. No se trata solo de aprobar, sino de dar el paso a la etapa adulta», comentó uno de los profesores.

En el edificio de Formación Profesional, el comienzo de curso ha transcurrido con una energía diferente. Allí los alumnos se preparan para aprender oficios y habilidades que les permitirían entrar pronto en el mercado laboral. Entre ellos, se encuentran jóvenes que han elegido los ciclos formativos de gestión administrativa, sistemas microinformáticos y redes, Informática y Comunicaciones, así como  Desarrollo de Aplicaciones Web, un ciclo de Grado Superior, novedad este curso.

El Director dijo que “Aquí, la FP no es solo una opción; es una necesidad. Nos enorgullece que nuestros alumnos puedan acceder a una formación de calidad que les permita insertarse rápidamente en el mercado laboral y contribuir al desarrollo económico de la zona”, aseguraba mientras saludaba a los estudiantes.

El curso escolar ha comenzado, y con él, las ilusiones, los retos y las oportunidades que los estudiantes de Peñaranda  tienen por delante. Este septiembre, como cada año, marca un punto de inflexión en la vida de los jóvenes peñarandinos. La etapa educativa que se abre ante ellos está llena de posibilidades, pero también de sacrificios. Una vuelta a las aulas que, más allá de los libros y los exámenes, es un regreso a la construcción de un futuro.                                   Bueno, ala, ¡hasta otro día!

HIGINIO ORGAZ

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