Hola, Miguel.
Hay dos claves para ser feliz. La primera es conocerse a uno mismo. La segunda, conocer cómo funciona el mundo. Hoy voy a poner mis ojos y mis palabras en esta última.
El funcionamiento del mundo es algo complejo. Y más en este siglo XXI hiperconectado. No es lo mismo el mundo como escenario global que el mundo como entorno más cercano (mi país, mi ciudad, mi barrio). No es lo mismo hablar del mundo desde el punto de vista económico, que analizarlo desde el punto de vista ideológico, político o militar. Y no se puede obviar el hecho de que el mundo evoluciona, que está influido por el pasado y que el presente es una mera concepción caduca.
¿Cómo encontrar mi lugar en esta noria cambiante? Parándose a observar, a reflexionar, a estudiar y a formarse una opinión propia. Pero también siendo realista y abandonando las utopías y los populismos. El mundo real ofrece al ser humano cuanto necesita para desarrollarse; pero también está lleno de trampas y peligros.
Ahí están los políticos del siglo XXI, ávidos de poder que vacían de contenido real sus proclamas para conseguir sus objetivos: llevar a un pueblo ciego a las urnas. Y también están las redes sociales, medios donde se prima la imagen superficial, la inmediatez y la ilusión falsa.
No nos dejemos arrastrar por el fanatismo, por la ingenuidad o por la comodidad. Conocer la realidad como es, ponerle nombre a los retos y afrontarlos con valentía, y actuar con responsabilidad son actos necesarios para encontrar mi propio hueco en el mundo y ser feliz.