Hola. Hoy me gustaría reflexionar sobre un tema que me tiene con la mosca detrás de la oreja, porque, como dicen en el pueblo, cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar. Estoy hablando del acuerdo UE-Mercosur, ese tratado comercial que parece un pacto de oro… pero para los de fuera.
Os lo digo claro: si este acuerdo sale adelante tal y como está, es decir si se ratifica tal y como está nuestras explotaciones agrícolas y ganaderas, las que mantienen vivos nuestros pueblos, pueden acabar en las últimas. Nos quieren llenar las estanterías de productos más baratos, sí, pero ¿a qué precio? El precio de arruinar a nuestra gente, la que madruga, la que cuida del campo y la que da vida a las calles de nuestros pueblos.
Vamos que nos quieren llenar las estanterías de productos más baratos, pero sin las mismas normas que aquí cumplimos a rajatabla.
Esto no va solo de euros, va de que sin agricultores y ganaderos, el campo se apaga, y con él, nuestra forma de vida. Así que, ojo al dato, que esto no es un problema lejano; esto es el pan de cada día para los que trabajamos la tierra.
Y por eso, vecinos, hay algo que se vuelve más importante que nunca: el etiquetado. Tenemos que saber de dónde vienen los productos que nos llevamos a la boca y qué llevan dentro. Es nuestra herramienta para elegir bien y defender lo nuestro. Porque aquí no solo producimos alimentos, producimos calidad, seguridad y vida en el campo. Así que, ojo al dato y, sobre todo, al etiquetado. ¡El campo se merece que lo defendamos!