Hola Miguel
Las palabras, ya sabes, se las lleva el viento. Y los pensamientos, las ideologías y las opiniones también. Nada hay peor que quien proclama a los cuatro vientos su verdad y luego no la cumple. Es peor anunciar la bondad y vivir el egoísmo, que permanecer callado y actuar pensando en uno mismo.
Las opiniones se refrendan en la propia vida. El mejor argumento en cualquier debate, es la práctica de aquello que se piensa. Por eso, es necesario ser consciente de lo que uno es y lo que uno cree, no sea que se verbalice algo que vaya en contra de uno mismo. Y luego, a la hora de la verdad, se practique la incoherencia.
Peor, eso sí, que no conocerse, es saberse un mentiroso. La mentira no es una cualidad natural del ser humano. La mentira se adquiere por voluntad propia. Mentiroso es quien conoce la verdad y la oculta, la disfraza o le da la vuelta para su propio beneficio. El mentiroso no es incoherente, pero hace daño a sabiendas.
Conozcámonos, sepamos cómo queremos ser, y dejémonos de palabras vacías. Hay que actuar, que la vida es movimiento, hacia adelante y hacia el que vive a nuestro lado.
Manu Albarrán