«Entrar en una cafetería es casi una prueba de resistencia a los nuevos tiempos»

Para este macoterano «el bar de barrio donde te juntabas con tus amigos ha cerrado la persiana para abrir un lugar, sí, muy atrayente a simple vista, pero vacío de identidad»
11 de noviembre de 2025 - 1:55 pm

Paseas por el centro de Madrid, incluso ya de Salamanca, miras a tus lados. Elecciones infinitas. Cafés de especialidad, con caramelo, granizado… Helados de soja. Hamburguesas con galleta, oreo… Starbucks donde antes estaba el bar de tu barrio.

Entrar en una cafetería es casi una prueba de resistencia a los nuevos tiempos. Antes uno entraba y pedia “un café”, y ya está. Ahora ya los cafés tienen nombre propio. Un flat white descafeinado con origen etíope. Te llega el café. Pruebas la espuma y piensas… tenía que haber pedido el de origen…donde Cristo perdió la chancla. Vaya tela.

Parece que tantas opciones nos hacen más libres pero cuantas más elecciones más insatisfechos. Nos hacen creer que todo es posible y entonces casi cualquier cosa que escojamos es equivocada. En todo, en Netflix en el cafe y en la ropa. Siempre hay algo mejor que nos puede hacer más felices y nos está esperando. Esto es muy cansado.

Encima todo esto ha cambiado los centros y barrios de nuestras ciudades. Ahora todo está lleno de luces de colores, pero el bar de barrio donde te juntabas con tus amigos ha cerrado la persiana para abrir un lugar, sí, muy atrayente a simple vista, pero vacío de identidad.

Quizá hoy la libertad y la satisfacción sea saber disfrutar de una sola cosa sin miedo a perderse nada. Escoger un café y decir, no es un flat white que encima después me voy a arrepentir de pedir, y encima estoy en mi lugar de siempre y con mi gente. Estoy en paz en definitiva, en un sitio que no me vende nada, pero que me recuerda quién soy y con quien soy.

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