Hola Miguel.
De pequeños aprendemos cosas básicas, y nos las enseñan de forma sencilla, para que podamos entenderlas. Por ejemplo, nos dicen que «dos no pelean si uno no quiere». La idea que se nos pretende transmitir con esta frase es fácil: si quieres vivir en paz y sin problemas, aunque haya quien te quiera dar problemas, puedes buscar otras salidas que no sean el enfrentamiento.
Me parece, Miguel, que cuando somos adultos tendemos a olvidar aquello que, fácilmente, hemos aprendido cuando éramos jóvenes. Quizá bajo la excusa de que la vida es compleja, o quizá porque a partir de cierta edad nos cuesta cambiar nuestro pensamiento o nuestro actuar.
Sin embargo, ¡cuántas veces malpensamos de otros o creamos disputas porque nos falta comprensión! Olvidamos que es más fácil de lo que creemos evitar las disputas, y nos dejamos llevar por nuestro ego, nuestra cerrazón.
Si miráramos al otro con mayor comprensión, o sea, con ganas reales de comprender su punto de vista, todo sería más fácil. Y si asumiéramos que hay distintas realidades, y que los fallos y los errores forman parte de la vida, nos costaría menos entender y perdonar.
En fin, Miguel. Aquellos que vivimos rodeados de jóvenes, ya sea en casa o en el trabajo, tenemos grandes oportunidades a diario para aprender. O, mejor dicho, para reaprender; volver a las ideas que nos enseñaron y, quizá, hayamos olvidado.
Manu Albarrán
