Lauren SevillanoLa hipocresía está a la orden del día. Y resulta paradójico que aunque a todos nos molesta esa actitud en algún momento todos hemos actuado con hipocresía. Sin embargo, para algunas personas es un modus vivendi, su forma de vida y esto es lo preocupante.
Una persona actúa con hipocresía cuando finge sentimientos contrarios a los que verdaderamente tiene. Piensa y siente de una manera, pero se expresa y actúa de forma contraria.
Llama la atención como esas personas, que exigen a los demás lo que ellos no están dispuestos a practicar, llevan una doble vida y viven una doble moral. En general se creen mejores que los demás, pero en el fondo son personas débiles y superficiales que necesitan de la adulación y el reconocimiento constante de los demás. Esas personas nunca se disculpan, ni admiten sus propias responsabilidades. Al contrario, recurren siempre a excusas para quedar bien y sacar el máximo provecho posible.
El hipócrita, esconde siempre sus verdaderas intenciones y se mueve desde lo políticamente correcto. Por todo ello es muy importante identificarlos cuanto antes, para que no dañen nuestra vida. Una de las claves para detectar a estas personas es ver cómo se comportan cuando hay un interés por medio. Si solo aparecen cuando pueden sacar provecho, si buscan ser el centro de atención, si pretenden quedar siempre por encima de ti, si nunca cumplen sus promesas, entonces cuidado porque la persona que tienes delante no es de fiar.
Jesús de Nazaret criticó duramente la hipocresía, especialmente la de los poderosos de su tiempo, escribas y fariseos y desenmascara a los que se aprovechan y aparentan dulzura mientras su interior está lleno de maldad. Dicen y no hacen y exigen cargas pesadas a los demás mientras entre ellos no mueven un dedo.
En resumen, el momento actual nos exige a todos más sinceridad y autenticidad. Nuestros niños y jóvenes agradecen la coherencia de vida y saben la importancia de la verdad y de la bondad del corazón.
En algún sitio leí: «Prefiero incomodar con mi honestidad que agradar con mi hipocresía».
Buenos días, feliz verano Laura sevillano.
