Aena quiere restringir el acceso al aeropuerto de Barajas por las noches para evitar que personas sin hogar duerman allí. Solo podrán entrar quienes tengan tarjeta de embarque o trabajen en el recinto. ¿La razón? Seguridad, dicen. Imagen, dicen.
Y mientras, entre 300 y 400 personas seguirán sin saber dónde pasar la noche. Porque el verdadero problema no es que duerman en Barajas. Es que no tienen otro sitio.
Nos esforzamos en proyectar al mundo la imagen de una España moderna, eficiente, segura… pero no tan moderna ni tan eficiente como para garantizar lo más básico: un lugar donde vivir con dignidad.
No se puede cuidar la imagen a costa de la humanidad. Si de verdad nos preocupa lo que reflejamos, empecemos por no esconder la pobreza. Empecemos por resolverla.