Lauren SevillanoEl mes de diciembre nos ha sorprendido con imágenes que nos han hecho estremecer. En pleno siglo XXI aparece una cárcel llamada ‘matadero humano‘, donde se han practicado torturas y atrocidades sin la más mínima consideración hacia la persona humana. ¿Cómo es posible que los organismos internacionales no detecten estas prácticas inhumanas que se siguen cometiendo en distintas partes del mundo? ¿Por qué no se ponen todos los medios al alcance de las grandes potencias mundiales para terminar con estos crímenes de lesa humanidad? Este atropello hacia la dignidad humana, que se repiten en todas las dictaduras, afecta principalmente a civiles indefensos e incluye torturas, desapariciones, homicidios, violaciones, deportaciones, etc.
Después de la brutalidad y crueldad de la Segunda Guerra Mundial, la comunidad internacional se comprometió a no permitir nunca más estas atrocidades. Como resultado, los líderes del mundo firmaron el 10 de diciembre de 1948 la Declaración universal de los derechos humanos para garantizar los derechos de todas las personas en cualquier lugar y en todo momento. El artículo primero afirma que ‘todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos’. Y el segundo añade que ‘sin distinción, alguna terraza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen, nacionalidad o social’. Y el quinto artículo es el que expresa que ‘nadie será sometido a torturas ni penas o tratos crueles, inhumanos o degradantes’. Sin embargo, la realidad es bien distinta. La letra y los buenos deseos quedan en el aire, cuando no van acompañados de un compromiso firme y vinculante que revise y compruebe que lo declarado se cumple.
Estamos a un paso de la Navidad y el espíritu de estos días, aparece a modo de deseos de felicidad y de paz para todos. Pero, un año más, el niño Dios nacerá entre las trincheras.
Buenos días Lauren Sevillano
