Diario de un macoterano en los Juegos Olímpicos: jueves, 1 de agosto

«Gracias a esta novedad de París 2024, los deportistas pueden sentir realmente apoyo y sentirse acompañados por sus más allegados»
1 de agosto de 2024 - 1:45 pm

Hola, Miguel. Uno de los símbolos más importantes de los Juegos Olímpicos es el fuego. Es un símbolo heredado de la Antigua Grecia, cuando este evento deportivo comenzaba con un gran sacrificio delante del templo de Zeus.

Ni aquel fuego, ni ningún otro, duran para siempre. Las distintas llamas que alumbran cada cuatro años un porvenir esperanzador y pacífico se extinguen y se renuevan cíclicamente.

Del mismo modo, los deportistas que hacen brillar la esperanza del éxito entre todos los aficionados van surgiendo y retirándose conforme pasa el tiempo. Ayer, miércoles, fue una jornada desalentadora para el deporte español; la ilusión de obtener varias medallas se esfumó con el paso de las horas. Y, lo que es más mediático, Rafa Nadal perdió en su partido de dobles junto a Alcaraz. La despedida de la pista central de Roland Garros fue entrañable.

Pero mientras la llama de Nadal se apaga, surgen otras luces como la del francés León Marchand, la del chino Zhanle Pan o de la guatemalteca Adriana Ruano Oliva, quien se llevó la medalla de oro en tiro por delante de nuestra Fátima galvez y Mar molné.

Aprovechemos las luces que iluminan nuestro presente y disfrutémoslas. Gocemos en París de cómo los mejores atletas de todo el mundo compiten y se superan para ofrecernos un espectáculo inigualable.

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