Villalar, víctima del centralismo 500 años después

«Tendremos que resucitar al Cid Campeador, o que surjan nuevos comuneros, para que nos pongamos en pie para exigir los mismos privilegios que tienen los demás»
11 de abril de 2024 - 1:55 pm

¡Se aproxima Villalar!. ¿Y qué? La fiesta de la Comunidad, ¡que ni es fiesta ni es ná! Nos iremos a celebrarlo, ya saben, al Primark o al Corte Inglés. Como siempre. Hasta ahí llega nuestro espíritu nacionalista. Y eso a pesar de que ser nacionalista está de moda. Ya saben. Los nacionalistas son los que nos gobiernan, por activa o por pasiva, o por cincunfleja. Y dentro de cuatro días tenemos elecciones, nacionalistas, claro. La verdad es que esto cansa. Aquí no. Aquí somos de otra pasta. Que nacionalicen ellos. A nosotros nos nacionalizaron aquel 23 de abril de 1521 y desde entonces no levantamos cabeza. Quinientos años largos hace ya. Valladolid era una población con gran número de habitantes, solamente superada en el mapa por Toledo. Mayorga de Campos tenía casi el doble de población que San Sebastián. Y Paredes de Nava era como Santiago de Compostela. Castilla tenía entonces el 83 por ciento de la población de España. Pero perdimos en Villalar y ahí empezaron a machacarnos. Y así…. hasta ahora. Eso es lo que celebramos. Que nos machacaron y que no levantamos cabeza. Está claro que no nos va ese juego estúpido. Se lo han llevado todo. Lo que había y lo que no han traído. La electricidad o el carbón que hacía funcionar las industrias de la periferia, del Levante, de Cataluña y del País Vasco, lo mismo que los fondos de las cajas, que se invertían lejos de la meseta castellana. La falta de inversiones en nuestro campo y en nuestras ciudades, ha sido flagrante durante estos cinco siglos.  La Tierra de Campos, por ejemplo, podría ser un paraíso para la ganadería. Es el lugar mejor dotado de Europa para el crecimiento de alfalfa. Pero es que La Moraña y El Campo de Peñaranda, tienen un potencial cerealista extraordinario que nadie se ha atrevido a explotar como se debe, a gran escala. Hace falta dinero y ese se lo llevan lejos de aquí. Pagamos los mismos impuestos por nuestras propias miserias y nosotros mismos se lo llevamos crudo, una vez al año, para potenciar su turismo, para más recochineo. Que aquí no hay playa. Los agravios de la historia se multiplican con números y documentos. Pero no hace falta irse tan lejos. Hoy mismo somos maltratados sin piedad, aquí no invierte nadie, apenas nacen niños, los jóvenes se marchan, los pueblos se vacían, y seguimos adormecidos, anestesiados más bien. A la espera ¿de qué?.

Castilla y León se han sacrificado por toda España y sólo ha recogido pobreza, menosprecios e insultos. Tendremos que resucitar al Cid Campeador, o que surjan nuevos comuneros, para que una comunidad expoliada por tres monarquías foráneas, manipulada por políticos vendidos a las oligarquías periféricas y madrileñas -incluso algunos políticos indígenas- nos pongamos en pie para exigir los mismos privilegios que tienen los demás o, si no se acepta este principio de justicia, para volver a las fronteras de 1468. Eso sí es lo que habría que celebrar. Tras una victoria contundente, claro. 

Bueno, pues nada, ala, todos de fiesta. Hasta otro día.

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