Dando por hecho que tras estos días, todo el mundo se ha dado cuenta aún más de la incapacidad de nuestros gobernantes, tanto estatales como autonómicos, hay varias cuestiones y reflexiones que vienen a la cabeza analizando los acontecimientos recientes.
Parto de la diferencia entre politizar y sacar rédito partidista. Creo que es imposible no hablar de política en estos días y hay gente que debe asumir responsabilidades.
Otra cosa bien distinta es usar la tragedia para sacar beneficio político y difundir bulos y mensajes de odio, algo que desgraciadamente está ocurriendo.
Hay mucha intoxicación informativa. Y no se puede añadir más caos al caos. Las olas de solidaridad que se están sucediendo en todos los rincones del país conmueven pero conviene no romantizar la frase ‘el pueblo salva al pueblo’, porque creo que es clave que esa ayuda este organizada. Lo que debe salvar al pueblo son las instituciones públicas financiadas con el dinero de todos, y necesita esos recursos para organizar la ayuda. De no ser así, seria desorganizada y contribuirá a generar desastres, estorbos, y desbordamiento e ineficacia.
Para finalizar, la violencia nunca es defendible, así que no creo que sea conveniente llegar hasta niveles de odio en los que se justifique. Sigamos demostrando la solidaridad admirable que se está viendo estos días con voluntarios desde todos los rincones del país e informémonos y contrastemos lo que leemos para hablar con la mayor propiedad y el respeto posible de algo tan devastador.