
Alrededor de un millar de cerealistas y unos 40 tractores, según cifras de las opas, protestó hoy frente a las puertas de la planta de Biocarburante de Babilafuente, en la provincia de Salamanca, para denunciar la “especulación” industrial con los precios de sus producciones. Se trata de la cuarta protesta dentro del año agrícola que impulsan Asaja y La Alianza UPA-Coag, tras otras en Madrid, Valladolid y Ávila, con el objetivo de señalar crisis económica que sufre el sector por los bajos precios y los altos costes de producción.
Una situación que, según explicó el presidente de Asaja Castilla y León, Donaciano Dujo, se agravará a consecuencia del acuerdo de la Unión Europea con Mercosur, los aranceles a las importaciones de fertilizantes de Rusia y Bielorrusia y las posibles “guerras arancelarias” derivadas de la política económica de la nueva Administración de Estados Unidos. “Por eso exigimos al Gobierno que frene la especulación de las multinacionales en los costes de producción y que ponga aranceles a las masivas importaciones de cereal de Ucrania”, reclamó.
Según sus datos, la planta de Babilafuente emplea 550.000 toneladas de cereal al año, casi el diez por ciento de la producción de Castilla y León. “Con la rentabilidad que tiene podía perfectamente tirar de los precios del cereal hacia arriba y mover a los almacenistas y a las cooperativas. Entre la Vilafranquina y Babilafuente, dos iconos de empresas transformadoras de nuestro cereal, seguro que mucho podrían hacer”, recalcó.
Dujo lamentó que, aún en años buenos como este, la rentabilidad es “muy baja” o “totalmente en quiebra”. “No puede ser que lo nuestro se mantenga en precios de hace 40 años y sin embargo los costes sean una barbaridad. 750 euros por hectárea es el coste que tienen los cereales. Eso significa que, a 200 euros la tonelada, tenemos que coger entre 3.500 y 4.000 kilos para cubrir costes. Y es imposible en Castilla y León con el terreno y el clima que tenemos”, manifestó.
El presidente de Asaja recordó que se acerca la negación de la nueva Política Agraria Común, prevista para el mes de julio, y aprovechó para reclamar una PAC “profesional, productiva y libre, dirigida a los verdaderos agricultores, a los agricultores de Castilla y León”, zanjó. Sobre el acuerdo con Mercosur, pidió que la agricultura no sea “moneda de cambio de los coches alemanes”. “Decimos no a las barbaridades del nuevo Gobierno en Estados Unidos. La Unión Europea tiene que ser más fuerte y estar más unida para proteger la agricultura, la ganadería. Y eso empieza también por casa, por Castilla y León”, recalcó.