Elena Rodriguez MartinHace ya dos semanas que el Papa Francisco nos dejó para unirse al Señor en el cielo, y son muchos los momentos que ha dejado en su paso por la tierra. Con su bondad, su apertura al mundo y sus ganas de hacer de este planeta un lugar mejor para todos, logró llegar a los corazones de muchas personas. Hoy quiero recordar una de las frases que repitió varias veces cuando se dirigía a los jóvenes: “Hagan lío”. Dos simples palabras, pero capaces de mover el mundo.
Francisco fue un hombre que confiaba en los jóvenes, sabía que somos el futuro, y en muchas ocasiones se dirigió a nosotros pidiéndonos nuestro movimiento. Para él, las acciones eran lo más importante; sabía que con palabras no se cambia el mundo. Por ello, al igual que Jesús, hizo todo cuanto pudo por todas aquellas personas que necesitaban de su amparo. Hoy, nosotros, como jóvenes, tenemos una gran labor, pues creo que poco a poco el mundo se está desmoronando y, tristemente, la humanidad y sensibilidad de las personas están desapareciendo. Nosotros somos el futuro; el mundo quedará en nuestras manos, y en nuestras manos está que lo que quede no sean tan solo restos. Es importante que no nos quedemos parados, nuestras inquietudes son importantes, nuestros sentimientos son muy valiosos, y aunque a veces lo sintamos así, no estamos al margen del mundo; tan solo necesitamos aprender. Abrir nuestros ojos, escuchar, sentir y absorber todo lo que el mundo nos quiere dar, cultivar nuestra inteligencia, pero también nuestro corazón, hacerlo más humano, porque no vivimos solos.
Puede ser que no seas creyente, y tal vez estés pensando que todo esto son solo palabras vacías. Pero déjame decirte que, tanto si lo eres como si no, esto también te concierne a ti. Si el mundo no cambia, TODOS seremos quienes lo paguemos. Dará igual lo que pienses, dará igual lo que sientas, lo que digas o lo que quieras hacer… caminamos hacia un futuro en el que nosotros mismos somos nuestros enemigos.
Puede ser que suene cursi, romántico o incluso parezca una tontería, pero de verdad creo que el amor y la humanidad son las mayores armas en estas batallas. Además, creo que no debemos quedarnos callados cuando vemos cosas que no nos gustan. Como dijo el Santo Padre, debemos hacer lío, hacer lío con el corazón abierto, siendo todos uno, sin juzgar, sin luchar contra quien piensa lo contrario y escuchando las voces de todos. No tenemos que cambiar la opinión de nadie; tan solo tenemos que llegar a aquellos que solo buscan el mal.
Elena Rodríguez Martín.
