Hola, Miguel. «Yo animo a todos». Esa es el titular que me dejó ayer a las 7:30 de la mañana una mujer ecuatoriana que había acudido, junto a familiares y a amigos, a la prueba de los 20 kilómetros marcha.
Bueno, he mentido. Ese es el titular que podemos emitir. Porque tras más de una hora de charla con ellos, con españoles, con mexicanos y con otros hispano y franco hablantes, surgieron muchas grandes frases que merecerían guardarse para la posteridad.
Esa camaradería, esa unión, ese gusto por el deporte y esas ganas de «animar a todos» forjan el sentimiento olímpico. Y dicho sentimiento supone una responsabilidad compartida para todos los que participamos de los Juegos: deportistas, entrenadores, árbitros, público o aficionados.
Por encima de la rivalidad, usemos una vez más el deporte como excusa para conocernos, para unirnos y para recordarnos como hermanos.
Acabo eta nueva página de nuestro diario olímpico con otro titular del día de ayer. Este dicho por una compañera de viaje: «Me gusta ir por la calle y ver a personas de distintos países».
Y es que al final, desde nuestras diferencias, todos somos iguales.