Último viernes del año y aún no me lo creo. Cada año parece pasar más rápido, y a veces siento que no aprovechamos el tiempo como deberíamos.
Nos cuesta disfrutar de lo bueno, olvidando que solo tenemos una vida y que vale más actuar que quedarnos con las ganas. Todo tiene solución, excepto lo inevitable, y aún estamos a tiempo: a tiempo de luchar por lo que queremos, de disfrutar con quienes amamos y de invertir nuestro tiempo en aquello que realmente nos llena y nos hace felices.
Y, en vez de “Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido”, como ya escribió Pablo Neruda con tanta razón, también podríamos decir: “Es tan corta la vida y es tan larga la eternidad”.
Sí, tal vez me he puesto un poco profunda, pero no quiero que olvides algo: este 31 de diciembre, tómate un momento para reflexionar sobre lo que realmente quieres y haces.
Porque si te descuidas, en un abrir y cerrar de ojos estaremos celebrando otra Navidad. Y si no has disfrutado, experimentado y vivido de verdad, habrás dejado escapar no solo un año, sino la vida en general.
2024, te despido con aprendizajes y experiencias que han dejado huella. 2025, prepárate, porque voy con todo. Bienvenido seas. Este año prometo disfrutarte al máximo, porque la vida es demasiado breve para no vivirla a tope.
Arancha Jiménez